Si tan solo estuvieras a mi lado, no dudaría en acercarme a tu oído para
decirte cuanto te amo. Si tuviera la oportunidad, solo una, de acariciarte, de
tocarte, lo haría hasta que mis manos se perdieran en la luz de tu ser, hasta
que las yemas de mis dedos desaparecieran en el calor fusionante de tu
exquisito cuerpo. No puedo, no puedo, ¡ya no puedo!, no soporto este deseo, y
es que de entre morir y vivir, prefiero vivir, pero muero por tan solo un beso.
Y es que en tus ojos me pierdo, como si estos fuesen un laberinto. Un
laberinto que me ha de llevar a tu corazón.
Y aunque no te llegue a besar,
aunque no te llegue a acariciar, aunque no te llegue a hablar ni susurrar, se
bien muy bien, que te amo.
Sin dudarlo, si me dieran a elegir entre morir por ti o vivir sin ti,
desearía elegir morir por ti, puesto que moriría feliz, feliz porque fue mi más
grande sacrificio de amor, amor por vos.
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