lunes, 19 de octubre de 2015


Centro de Estudios Intensivos
(
CEI).
Métodos de la Investigación.


Movimientos Sociales en México,
como derecho en un sistema democrático
y la participación pasiva ciudadana.
(Investigación/Primer Etapa.)

Luis Daniel Zarate Ramírez.














Factores:
Los factores que se deben considerar de la participación ciudadana en los movimientos sociales son:
La confiabilidad que tiene un individuo en estos, la facilidad que el estado otorga para la libre manifestación, la información e interés común del sector afectado, la libre manifestación de pensamientos que se ampara en el ambiente democrático de una nación y la justificación de la organización bajo la finalidad de promover o impedir cambios que afectan de forma positiva o negativa a un sector social en los contextos tales como: culturales, político, económico, sociales y laborales.
También debe considerarse a la manifestación social como el medio pacífico y diplomático para expresar el disgusto o repudio de un sector social.

Hipótesis:
Supongo que la participación pasiva social en los movimientos, depende de muchos mas factores,
por lo cual me lleva a generar ciertas hipótesis.
Una de ellas surge de un alto nivel de desinterés en cualquier sector de la vida de un individuo.

Se comprende que estas organizaciones no formales comienzan por una crisis y la necesidad de influencia sobre el Estado de las clases sociales como afirma
Lorenz von Stein.
Sin embargo en una sociedad hundida en la miseria, más preocupada en sobrevivir que en los problemas sociales los cuales tienen su origen en la corrupción por parte de cualquier nivel de poder político, abstraída por las necesidades que le rodean, y, aunque estos sean motivos suficientes para participar, poco tiempo tienen para involucrarse de forma activa.

Si a esta situación le adjuntamos y atribuimos la falta de interés, descalificación y manejo de la información creada y proporcionada por medios de comunicación partidarios y poco independientes trabajando en intereses privados con el poder al que se intenta cuestionar, obtenemos una opinión publica poco crítica y sin fundamentos sólidos para poder tomar participación y juicio al momento que surge una crisis social.
También cabe la posibilidad que a pesar de haber interés en integrarse u organizar, exista el temor a las represarías de todo tipo, desde cuartar los derechos fundamentales, agresión física e incluso el asesinato, que los grupos de poder pueden ejercer para someter o disolver  estos movimientos identitarios.




Movimientos Sociales y las nuevas corrientes

Se sabe que la vocación de los movimientos sociales es muy grande por su diversidad, por sus muchos objetivos, desde su auge en los años 1960. Su prestigio también es grande. Es una de las vías lógicas de participación ciudadana. No son fundaciones sociales u Organizaciones No Gubernamentales (ONG), ya que estas últimas son unidades asistenciales.

El término fue introducido al vocabulario académico por
Lorenz von Stein en 1846 ("Historia de los Movimientos Sociales Franceses desde 1789 hasta el Presente (1850)"). Stein entiende un Movimiento Social como, básicamente, una aspiración de sectores sociales  de lograr influencia sobre el Estado, debido a las desigualdades en la economía. Así por ejemplo, la aspiración del proletariado a lograr representación en los sistemas de gobierno.

Los Nuevos Movimientos Sociales (NMSs) surgen a partir de la década de los setenta como una respuesta a la incapacidad del marxismo para explicar la naturaleza de las acciones colectivas. Su objetivo está orientado a la cultura y a la sociedad civil, a las que otorgan especial importancia a la acción simbólica. Tratan de construir una identidad para que les permita actuar sobre sí mismos y sobre la sociedad, con la meta de dar sentido a las relaciones sociales que forman esta sociedad. Se caracterizan por ser movimientos identitarios, fundados en la construcción simbólica de identidades. Para estos movimientos la acción colectiva es la realización de una finalidad, que es la de mantener y expresar su identidad.


A diferencia de los NMSs., los Movimientos Sociales Actuales, aunque no distan mucho entre  acuerdo a intereses de aquellos movimientos que se realizaron en el pasado, con la llegada y facilidad que se tiene a nuevas tecnologías y medios de comunicación, ha cambiado la acción/intervención que tienen las nuevos movimientos y la necesidad que el ser humano ha tenido desde hace mucho tiempo para expresar todas sus inconformidades e inquietudes, ahora resulta más fácil para quien tiene acceso a internet, pues este tiene más posibilidades de insertar una idea que tienen un alcance más allá de lo regional.



Factores que detonan Los Movimientos Sociales.

Un factor que coincide con la vigorización de la sociedad civil y que ha favorecido la emergencia de nuevos movimientos sociales es sin duda la pérdida de legitimidad de algunas de las instituciones democráticas tales como los partidos políticos. Desde mediados de los ochenta, tras haberse consolidado la democracia en casi todos los países del subcontinente latinoamericano, se inició una etapa de profundización de la aplicación de políticas de corte neoliberal con distintos grados de éxito en el manejo de los indicadores macroeconómicos. Muchas de ellas tuvieron un impacto negativo en importantes grupos de las poblaciones involucradas.

Al mismo tiempo, los sistemas políticos tendieron a la inestabilidad y creciente fragilidad, reflejada en indicadores de insatisfacción con la democracia, pérdida de confianza en los partidos políticos y descrédito de instituciones como el congreso. De manera paralela surgió un renovado protagonismo de actores y movimientos sociales y, sobre todo en algunos países con rasgos típicamente asociados a la desinstitucionalización.

Así, estas explicaciones sugieren que los movimientos sociales a los que le adjudican el adjetivo de "nuevos", representan el cambio cultural producido en las sociedades industriales avanzadas, caracterizado entre otros aspectos, por el paso de valores materialistas a valores de carácter "post-materialista"; es decir, el cambio de la preocupación por la seguridad física o los recursos de primera necesidad al énfasis en la autoexpresión, el sentimiento de pertenencia a la comunidad y la calidad de vida. Interesantemente, si los movimientos tienen una base social definida, ésta se encuentra en la clase media educada que tiene el tiempo y los recursos para organizarse y protestar.
Sin embargo, el asunto central para muchas comunidades en América Latina, (que en su mayoría son las clases bajas y populares que se movilizan por razones de desempleo salarios, servicios y vivienda) sigue siendo la supervivencia diaria, por lo que las demandas materiales siguen siendo la bandera de buena parte de los movimientos sociales.

La importante expansión de elecciones libres y gobiernos democráticos en América Latina durante las últimas tres décadas hicieron pensar a muchos que era la oportunidad para que buena parte de los ciudadanos se interesaran y participaran en los asuntos públicos. Sin embargo, en muchos Estados del continente el establecimiento de elecciones libres y justas no ha estado acompañado de una sólida institucionalización democrática mediante una competencia efectiva de partidos, libertad de expresión y asociación, respeto y observancia de la ley, garantías de derechos humanos, rendición de cuentas y transparencia gubernamental.
Aunado a lo anterior, las constantes crisis económicas y los grandes sectores de la población que han sido excluidos de los beneficios del desarrollo económico, los movimientos de reivindicación indígena en países como Bolivia y Perú y la desconfianza política e institucional que parece un mal endémico de la región, mantienen latente el peligro de regresar al autoritarismo.






Durante las últimas décadas América Latina ha experimentado lo que algunos llaman "crisis de gobernabilidad", resultado de la multiplicación de protestas sociales contra el modelo de desarrollo que seguía los lineamientos del denominado "Consenso de Washington", la propagación de fenómenos globales en el continente tales como: narcotráfico, terrorismo y corrupción, y la propia incapacidad de los sistemas políticos tradicionales –partidos, gobiernos y congresos– para manejar estar situaciones de ruptura. Los movimientos sociales se han expresado dentro de estos escenarios de forma muy diversa. Algunos, convertidos en movimientos políticos, han conseguido llegar directamente al poder e institucionalizar sus proyectos de acción política. Otros en cambio, en abierta rebeldía contra las fuerzas políticas tradicionales han desafiado abiertamente la institucionalidad democrática. Por último, algunos más han pactado con estas mismas fuerzas los términos de alianzas de gobierno que han resultado efímeras e ineficaces.


Es claro que ante el descrédito y la desconfianza que generan los partidos políticos, los movimientos sociales y sus organizaciones se han convertido en medios de expresión y canalización de demandas de ciertos grupos o sectores de la sociedad. Aunque los movimientos sociales sólo representan una parte de la sociedad civil, no se puede desconocer que éstos pueden ser generadores de nuevas identidades que den lugar a nuevas formas de representación política. Por su naturaleza, los modos de participación política no convencional o de protesta utilizados generalmente por los movimientos sociales son disruptivos del status quo y van en contra del modelo tradicional de intermediación de intereses de las democracias contemporáneas. En medio de la crisis de representación que caracteriza las democracias latinoamericanas y el desencanto de una opinión pública decepcionada por los actores políticos (principalmente los partidos), las expresiones desinstitucionalizadas de hacer política, que en ocasiones llegan a convertirse en propuestas "antipolíticas", se vuelven muy atractivas para los ciudadanos.


Contrario a las propuestas antipolíticas, también existe la “Articulación”, proceso por el cual los movimientos u organizaciones sociales se anexan o convierten en partidos políticos.

Un claro ejemplo de este tipo de estrategia es la que ha llevado a cabo el "Movimiento Antorchista" en México. La pieza principal de este movimiento es Antorcha Campesina, una organización política fundada en 1974 con el objetivo principal de "organizar a los sectores más marginados y pobres de la sociedad para lograr mejorar el estado de sus comunidades, luchar por una mejor distribución del ingreso y eliminar las profundas diferencias sociales." Con el tiempo Antorcha Campesina se transformó en Movimiento Antorchista, pues en los primeros años de la década de los ochenta, los miembros de la organización empezaron a realizar diversas labores en colonias populares, y en varias universidades y fábricas, lo que trajo como consecuencia la formación de otras organizaciones similares: Antorcha Popular, Antorcha Estudiantil y Antorcha Obrera, que junto con Antorcha Campesina integraron lo que ahora se conoce como Movimiento Antorchista.
De acuerdo con cifras del propio movimiento, éste cuenta con alrededor de 500 mil asociados o miembros a lo largo del territorio mexicano, pero las entidades en las que tiene una presencia más importante son Puebla, Michoacán, Veracruz, San Luis Potosí, Estado de México, Distrito Federal, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo Y Sinaloa.




Como señala el movimiento en su página electrónica, la adhesión de Antorcha a las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se dio en octubre de 1988, cuando el movimiento percibió la necesidad de buscar el respaldo de una organización legal y plenamente reconocida que le sirviera de apoyo e hiciera más eficaz la consecución de las demandas de sus grupos organizados.

Después de un detenido análisis, Antorcha encontró que sus propósitos y principios se identificaban con los propósitos reivindicatorios, sociales y políticos de la Revolución Mexicana: "en ese sentido encontramos que los documentos básicos del PRI eran los que mejor reflejaban los intereses del pueblo pobre de México y, desde luego, los intereses de Antorcha Campesina. Por eso creímos que, al coincidir en lo esencial con los documentos básicos del PRI, dentro de sus filas podríamos dar, con mejores posibilidades de éxito, la lucha que nos habíamos propuesto. Y así lo venimos haciendo desde entonces.".
Así las acciones colectivas y movimientos sociales se orquestan, manifiestan y legitiman.





Movimientos Sociales de México entre el siglo XX y XXI.


Paros y Huelgas Ferrocarrileras de 1958/59



La segunda mitad del siglo XX y los primeros seis años del siglo XXI han estado marcados por constantes cambios políticos, económicos y sociales a nivel nacional y mundial.
El final de la década de los cincuenta y los sesenta fueron profundamente significativos en la historia de México, fue un parte aguas en diferentes ámbitos de la vida de nuestro país y la sociedad no fue la excepción, debido a la llegada de corrientes de pensamiento liberal del extranjero.

El periodo que transcurrió entre los años de 1958 a 1968 fue muy significativo en la historia de nuestro país, en este momento se desarrollaron acontecimientos que quedarían marcados en la memoria de nuestros abuelos. Sucesos que tuvieron como escenario un México caracterizado por una economía aparentemente sólida, producto de estrategias como el “desarrollo estabilizador” y por la hegemonía política del Partido Revolucionario Institucional.

En 1958 tenemos uno de nuestros primeros movimientos obreros significativos es por parte
de electricistas y ferrocarrileros. La historia mexicana lo registra como las más grandes batallas obreras del siglo XX. Todas las acciones que los obreros del ferrocarril, encabezados por uno de los líderes históricos más importantes –Demetrio Vallejo- fueron de enorme trascendencia, pero lo más importante como experiencia obrera, fueron los paros obreros sincronizados, la gran huelga y las elecciones unánimes a favor de Vallejo. Finalmente, concluyó con la brutal represión que desató el presidente López Mateos el 27 y 28 de marzo de 1959 contra miles de obreros y Vallejo, su líder máximo. Es una experiencia que lo electricistas del SME pueden tener presente hoy.


La campaña de prensa y radio, impulsada por el gobierno y los empresarios contra los obreros ferrocarrileros fue brutal. Se repetía que los obreros abusaban de su situación privilegiada y querían imponer sus caprichos al gobierno “democrático”. Aunque Fidel Castro aún no triunfaba en Cuba, las campañas anticomunistas de la llamada “Guerra Fría” en el mundo, eran gigantescas. Pero los dirigentes derrocas no se dejaron intimidar. El 26 de junio, tal como proclamaba el Plan Sureste, se paralizó durante dos horas todo el sistema ferroviario; el 27 el paro fue de cuatro horas; el 28 de seis horas y el 29 se prolongó por ocho horas.


La escritora Elena Poniatowska describe así las consecuencias de este movimiento:
-“En 1959, el líder ferrocarrilero oaxaqueño Demetrio Vallejo logró paralizar el país. Vallejo fue un personaje singular, un héroe del movimiento obrero que se atrevió a pedir un aumento para los empleados del ferrocarril. Hubo una represión generalizada en todo el país. Los seguidores de Vallejo fueron vejados, tachados de malos mexicanos y comunistas, fueron encarcelados. Demetrio Vallejo permaneció con Valentín Campa (otro líder), once años y medio privado de su libertad”-.
¿Por qué este suceso nos recuerda al movimiento magisterial y de la APPO en Oaxaca?




Movimiento estudiantil del 68.

72 días antes del 2 de octubre de 1968, comenzó la efervescencia estudiantil.

El 22 de julio de 1968 policías granaderos reprimieron una riña entre alumnos de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y la preparatoria particular Isaac Ochoterena. Los agentes irrumpieron en las vocacionales 2 y 5, hiriendo a profesores y alumnos. Tres días después, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se declaró en huelga indefinida.

Tras la represión que el cuerpo de granaderos propinó a jóvenes del IPN y de la Preparatoria 2 de la UNAM, así como a miembros del Partido Comunista el 26 de julio de 1968, estudiantes del IPN en solidaridad declararon un paro de actividades. En un pliego petitorio demandaron la excarcelación de los estudiantes detenidos así como indemnización a los lesionados.

Para el 29 de julio, el conflicto se extendió por toda la Ciudad de México, mientras las autoridades pretendían calmar el ánimo previo a los Juegos Olímpicos que iniciaron el 12 de octubre de ese año. Hubo autobuses quemados, se paralizó el transporte público, además, de que autoridades de seguridad reportaron artefactos explosivos y combustible en escuelas.

En este contexto de represión y descontento en toda la comunidad universitaria del país, el Ejército irrumpió la Escuela Nacional Preparatoria 1 (el actual Colegio de San Ildefonso): de un bazucazo, destruyó la puerta, para así iniciar la presencia militar en el conflicto, autorizada por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. No obstante, el secretario de Defensa Nacional, Marcelino García Barragán afirmó que el atentado fue responsabilidad de los estudiantes: una explosión interna.


La relevancia del movimiento repuntó cuando, el 1 de agosto el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra encabezó una manifestación de alrededor de 80 mil universitarios y politécnicos,  en protesta por la represión y en demanda de la liberación de los estudiantes presos. Sobre avenida de Los Insurgentes, la mayor autoridad universitaria proclamó la frase “únete, pueblo”. Entonces se conformó el Consejo Nacional de Huelga (CNH) para establecer que las escuelas estarán en huelga, pero no en paro activo; habrá tres representantes por plantel, y para rechazar la presencia de organizaciones ajenas a la comunidad escolar.

El ejército continuó con sus ocupaciones en las escuelas, plazas públicas del centro de la capital del país y las calles. Lo que deviene en un entorno de detenciones arbitrarias, asesinatos y lesiones para estudiantes y la sociedad civil.
Barros Sierra mantuvo sus reclamos y acusó que no de las ocupaciones militares, además denunció que fue víctima de injurias y difamación. Hasta que anunció su renuncia el 23 de septiembre de 1968.


“Al decidirse a defender la autonomía, Barros Sierra legitimó al movimiento estudiantil y lo lanzó por una dirección desconocida: lo sacó del ‘ghetto’ de los radicales y lo incorporó al terreno de los principios de la defensa de la autonomía y la Constitución… Ya no era un grupito de estudiantes radicales, sino la masa plural de ciudadanos que defendía principios frente a la brutalidad policíaca”, dice el analista Sergio Aguayo en el libro “1968. Los Archivos de la violencia.”

“Guerra Fría en México”
Guerrillas de los años 70´s

Después de la represión a los estudiantes en 1968, pareciera que los Juegos Olímpicos, trajeron la calma y sosiego, sin embargo muchos de los jóvenes, se sintieron desencantadas, frustrados y hasta traicionados y decidieron que la única forma de obligar a este país a cambiar era por la vía de las armas, es decir mediante una revolución armada, así tenemos el nacimiento de las guerrillas, urbanas, rurales, he aquí algunos de sus antecedentes:

- Después de la matanza de Tlatelolco, los grupos armados se esparcieron en casi todo el país, principalmente en Baja California, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Nayarit, Tamaulipas, Jalisco, Veracruz, Hidalgo, Distrito Federal, México, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Michoacán. Esto es, en tres cuartas partes de la república.

-La caracterización de los movimientos guerrilleros desde la perspectiva oficial forma parte ya de una estrategia de combate y no de un análisis para comprenderlos como procesos sociales.


- Todos los movimientos realizados por las diferentes organizaciones guerrilleras fueron reprimidas por el estado, además de que se utilizan todos los medios estatales para desprestigiarlos.

-En las zonas rurales, la represión va a acompañada de obras de beneficio social, se crean programas gubernamentales de desarrollo, reformas municipales, agrarias, educativas o electorales, que solucionen o atenúen carencias sociales de la zona donde existe el grupo guerrillero, Para evitar el apoyo de la población.


- Circunstancias de pobreza extrema, discriminación, aislamiento, explotación, despojos y una muy escasa o nula procuración de justicia suelen volver a confluir y a polarizarse una y otra vez en ciclos de pocos o muchos años en las mismas regiones.

 La historia oficial registra la presencia de 16 agrupaciones clandestinas armadas, como lo son Movimiento de Izquierda Revolucionaria Estudiantil (MIRE), Asociación Cívica Guerrerense, Liga Comunista 23 de Septiembre, Partido de los Pobres. Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, Lacandones, Guajiros, Frente Urbano Zapatista, Liga de los Comunistas Armados, Comandos Armados del Pueblo, Ejército Revolucionario del Sur, Grupo Octopus, Frente Estudiantil Revolucionario, Movimiento de Acción Revolucionaria, Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, Acción Cívica Nacional Revolucionaria.
A pesar de la estrategia de desprestigio, como ya se expuso, la implementación de programas y reformas en desarrollo rural, fue una de las mejores maquinaciones, en ese entonces, por parte de Estado, para desacreditar los ideales que impulsan a estas organizaciones.
No obstante, no se resuelven los problemas de fondo. Los lugares donde nacieron las guerrillas rurales continúan atrasadas social y económicamente.

El Ejército Zapatista
de Liberación Nacional.

Algunos analistas ubican  el nacimiento del zapatismo en la década de los 80, algunos le ponen fecha y casi hora de nacimiento, y consideran que el EZLN se formó el 17 de noviembre de 1983 por antiguos miembros de distintos grupos, algunos de ellos en armas, otros pacíficos e ignorados por el gobierno. Aparecieron en la escena pública nacional tras la firma del Gobierno Federal del  Tratado de Libre Comercio de América del Norte con loa Estados Unidos  de Norteamérica y Canadá. Más tarde declararon que era su manera de decir aún estamos aquí en mitad de la globalización. Los sublevados, cubiertos con pasamontañas, comenzaron un levantamiento armado el 1 de enero de 1994. Declaran oficialmente la guerra al Gobierno de México y anuncian sus planes de dirigirse hacia la capital. Después de doce días de combate y tras masivas movilizaciones civiles de repudio a la acción militar, el Presidente Carlos Salinas de Gortari, en ese momento en su último año de mandato, decretó un alto el fuego para dialogar con los rebeldes, cuyo vocero era el Subcomandante Marcos. El diálogo con el gobierno se extendió durante un período de tres años y acabó con la firma de los Acuerdos de San Andrés, que incluía modificar la constitución nacional para otorgar derechos, incluyendo autonomía, a los pueblos indígenas. Acuerdos que a la fecha no se han cumplido, al contrario, la disfrazaron y aprobaron una ley alejada de lo que realmente es el espíritu de los tratados de San Andrés.

En algún momento de noviembre y diciembre de 1996, el gobierno mexicano tomó decisiones firmes en cuatro sentidos: no reconocer los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, no reanudar el diálogo de paz, continuar y extremar el cerco militar en las Cañadas y no frenar el surgimiento de grupos paramilitares en diversas zonas del norte y de los Altos de Chiapas, con la finalidad de desgastar el movimiento.

Este movimiento, es el detonante del conflicto actual, porque se adelanta a la reaparición de otros movimientos guerrilleros en el país, cuya fuerza y número era, en agosto de 1998, imposible de ponderar e identificar.




Atenco y la expropiación de tierras
para Aeropuerto Internacional (2001 y 2006).

En el movimiento de Atenco se encuentran campesinos, pero también diversos actores sociales, económicos, ambientales y políticos. El número de campesinos dedicados a la actividad agrícola en este municipio era de 697 (INEGI, 2000), los cuales no fueron los únicos que protagonizaron el movimiento social, también participaron grupos estudiantiles, obreros, organizaciones urbanas, grupos ambientalistas, de derechos humanos e incluso organismos que defienden la vivienda y el desarrollo urbano. Tal fue el caso del alto comisionado y relator para la vivienda de la Organización de las Naciones Unidas. Así, el movimiento de Atenco no puede inscribirse como uno de carácter campesino, de jornaleros o productores.

Es un movimiento que integró distintas demandas ciudadanas, y la lucha se centró en diversos frentes. En este tipo de movimientos se presentaron también diferentes cuestionamientos, como el relativo al problema agrario de nuestro país, el cual adquiere relevancia al ser una zona en conflicto cercana al área metropolitana más grande del país.

Así comenzaron las movilizaciones para defender sus tierras, oponiéndose al arbitrario decreto presidencial. Con sombrero de paja, paliacate al cuello y machete en mano, después de una ardua y violenta lucha, los campesinos lograron en 2002 lo impensable: derogar el decreto expropiatorio. Este fue un triunfo del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), sin embargo fue una afrenta para el presidente Fox, el gobernador del estado, Enrique Peña Nieto, y los grandes intereses económicos, privados y gubernamentales, creados alrededor del fallido proyecto del aeropuerto.

El día FPDT y muchos habitantes de Atenco tomaron una carretera federal, iniciando una confrontación entre ellos y la policía. Ese día, durante los desiguales combates, murió por herida de bala un joven de 14 años; mientras los pobladores se defendían con puños y piedras, la policía usaba las armas y disparaba contra la población indefensa.

Esperando una ofensiva mucho más agresiva por parte del gobierno, la noche del 3 de mayo, adherentes de La Otra Campaña, seguidores del EZLN y simpatizantes del FPDT fueron llegando a Atenco para solidarizarse con los pobladores; la consigna zapatista era “si tocan a uno, nos tocan a todos”. Entre los que fueron esa noche a Atenco, se encontraban algunos documentalistas, como Valentina Palma, estudiante de cinematografía chilena radicada en México, y Samantha Dietmar, una ciudadana alemana que quería “hacer un documental de México y su gente”.


La madrugada del 4 de mayo las campanas de la iglesia de Atenco comenzaron a repicar anunciando la inminente entrada de la policía. Al frente de los más de 3 mil 500 efectivos policiacos venían los reporteros de las televisoras privadas que el día anterior habían vociferado contra “la violencia de los macheteros de Atenco” y que habían exigido “mano dura” contra los “delincuentes” que “alteraban el orden social”. Mientras tanto, en el poblado, la gente formaba barricadas y tomaba palos y piedras para defenderse.

Al amanecer, los helicópteros sobrevolaban el cielo de Atenco, y en las calles, los efectivos policiacos entraban al pueblo desatando una represión inusitada y pocas veces vista en la vida moderna del país. La policía irrumpió en las casas destruyendo todo a su paso, allanó y cateó domicilios ilegalmente, destruyó negocios, con macanas golpeó a la gente sin distinción de género o edad, lanzó gases lacrimógenos, utilizó la tortura y detuvo a 207 personas, entre ellos nueve menores de edad, un parapléjico y una indígena mazahua. Durante la batalla, que duró varias horas, un joven universitario de 20 años, quien había ido a solidarizarse con los atequenses, recibió el impacto de un proyectil en la cabeza; después de un mes en coma, el estudiante murió.

Las imágenes del llamado “Operativo Atenco” nos remiten a la Nicaragua de Somoza, la Argentina de Videla o al Chile de Pinochet; hay cantidad de fotografías donde se ve a los detenidos bañados en sangre, y hay documentales donde se ve a más de diez policías pateando y golpeando con sus toletes a un solo individuo, lo cual es parte de la evidencia del desproporcionado y desmedido uso de la fuerza por parte de la policía.

Durante los hechos violentos, 47 mujeres fueron detenidas, de las cuales 26 denunciaron tortura sexual, abusos, vejaciones, humillaciones y violaciones sexuales. Entre las detenidas se encontraban la ciudadana alemana, la chilena, y dos ciudadanas españolas, Cristina Valls y María Sostrés; las cuatro, junto a un ciudadano español, fueron expulsados ilegalmente de México, deportados a sus países de origen y se los prohibió regresar a México por un periodo de cinco años. Posteriormente la chilena Valentina Palma, la española Cristina Valls y la alemana Samantha Dietmar manifestarían públicamente los múltiples abusos y violaciones que sufrieron por parte de los elementos policiacos. Por su parte, Cristina Valls haría una denuncia en 2008 en la Audiencia Nacional española contra el Estado Mexicano por el delito de tortura sexual y violación a derechos humanos.

La tarde del 4 de mayo comenzaron a llegar los camiones repletos de detenidos al penal de Santiaguito, en el Estado de México; entre otras irregularidades del proceso se demostró que no hubo órdenes de aprehensión, que a las y los presos no se les permitió ser revisados por los médicos del penal, que los mantuvieron incomunicados y privados de su libertad ilegalmente. Por otro lado, dos de los líderes del FPDT, Ignacio del Valle y Felipe Álvarez, así como el abogado Héctor Galindo fueron ingresados al penal de alta seguridad de El Altiplano. Esta fue la venganza gubernamental a la afrenta del aeropuerto.





-          Mano Dura.

La mayoría de los medios de comunicación, cómplices del gobierno, y los principales actores políticos involucrados en la represión celebraron el Operativo Atenco.

“Los lamentables hechos de violencia provocados por un pequeño grupo ayer en el Estado de México son una afrenta a la sociedad y un atentado contra el Estado de Derecho; ninguna causa puede hacerse valer violentando el orden y la paz social”, expresó el entonces presidente Vicente Fox.

Apoco más de un mes de la masacre de Atenco, el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, afirmó en Nueva York que él había ordenado el operativo de Atenco. Él expresó: “Yo diría que, en términos generales, el saldo del operativo fue positivo, fue favorable, porque permitió alcanzar el objetivo, que era restablecer el orden. Ni la autoridad ni la población de Atenco podían ser rehenes de los intereses de un grupo que había violentado el estado de derecho…” Sobre las violaciones a las mujeres por parte de la policía, declaró: “Hay que dar la dimensión al tema. Parece que para todo se pretende afirmar que a partir de los sucesos de Atenco la policía tiene por norma las violaciones…. También es conocido que los manuales de los grupos radicales dicen que hay que declararse violadas, en el caso de las mujeres, y en el de los hombres haber sido objeto de abuso y maltrato”. Quien pronunció estas palabras, ahora expresa abiertamente sus intenciones de lanzar su candidatura a la presidencia en las elecciones de 2012 y, según recientes encuestas, es el candidato favorito.

“Respondió la Policía a la necesidad de restablecer el orden en Atenco”, dijo Wilfrido Robledo, el contralmirante y ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), encargado de ejecutar el Operativo Atenco, para quien el mismo resultó “limpio”.



-          Los(as) Presas(os) de Atenco.


A raíz de los violentos sucesos del 3 y 4 de mayo, muchas organizaciones de derechos humanos iniciaron una intensa campaña para liberar a los presos y presas de Atenco. Poco a poco fueron liberados hombres y mujeres que darían fe de que en Atenco se llevó a cabo un acto de terrorismo de estado, destacando que en el operativo el botín de guerra habían sido las mujeres. 14 de las 26 mujeres que fueron torturadas sexualmente decidieron denunciar ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos relacionados con Actos de Violencia en contra de las Mujeres (Fevim), ahora la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra). De las 26 denunciantes y a más de cuatro años de los sucesos, 11 mujeres continúan en la búsqueda de justicia y castigo a los responsables, ahora a través de la vía internacional.  Ante la falta total de justicia en México, las mujeres han llevado su denuncia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Así, a cuatro años de la barbarie, por medio de graves y escandalosas irregularidades jurídicas, el Estado mexicano mantenía en la cárcel a 12 presos políticos, con condenas por demás injustas como las impuestas a Ignacio del Valle, por 112 años de prisión, y a Felipe Álvarez y Héctor Galindo, por 67 años, acusados, entre otros delitos, de secuestro equiparado y ataques a las vías generales de comunicación. Asimismo otras nueve personas que no tuvieron nada que ver con los hechos de Atenco, habían sido sentenciadas a más de 31 años de prisión. Aunque en México no existe la cadena perpetua, la sentencia a Ignacio del Valle equivalía a la misma. Su condena era mucho más elevada que la de cualquier narcotraficante, secuestrador o pederasta. “Es evidente que las altas sentencias dictadas contra los involucrados en estos sucesos tenían la intención de desestimular cualquier tipo de protesta social”, escribió el periodista Jesús Cantú.


Finalmente, por mayoría de votos, los ministros ordenaron la inmediata liberación, de manera lisa y llana, de todos los presos; esa noche salieron nueve der ellos del penal Molino de Flores y la noche siguiente, después de un jaloneo jurídico, fueron liberados Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo. Fue una sorpresa positiva ya que la Corte ha venido fallando muy injustamente en otros casos similares donde se han violentado gravemente los derechos humanos.

La liberación de los presos cierra un capítulo de esta historia de brutalidad, injusticia e impunidad; es un triunfo para los individuos y las organizaciones que participaron en esta lucha, y a la vez, un ejemplo para otros movimientos sociales castigados por un gobierno cada vez más insensible y represor. Sin embargo, el dictamen de la Corte es una justicia parcial, ya que ninguno de los autores intelectuales y materiales de los hechos han sido juzgados y castigados; Enrique Peña Nieto, los altos mandos y los policías involucrados siguen gozando de impunidad. Por tanto, queda pendiente resolver los asesinatos de los dos jóvenes que murieron por los enfrentamientos en Atenco; de igual forma reparar el daño de los afectados y de los presos injustamente encarcelados, y atender las demandas de justicia de las mujeres violadas. Sólo así se podrá hablar de verdadera y completa justicia en este caso.








Movimientos del año 2012 al 2015







APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca)

La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) es una de las más importantes experiencias organizativas del movimiento social en México. Se trata de una asamblea de asambleas nacida el 17 de junio de 2006 en el marco de la sublevación popular contra Ulises Ruiz. Participaron en su formación 365 organizaciones sociales, ayuntamientos populares y sindicatos con una demanda única: la salida del gobernador.

Las asambleas populares son el espacio donde tradicionalmente deliberan y toman acuerdos las comunidades oaxaqueñas. En muchos municipios son la institución donde se nombran las autoridades locales. En gran cantidad de organizaciones sociales son el lugar desde el cual se decide el rumbo de la lucha y se escoge a los dirigentes.

Oaxaca es un estado pluriétnico y multicultural. Viven allí 16 pueblos indios. Las ocho regiones y los 570 municipios que la integran son el espacio territorial que da identidad y horizonte de lucha a gran diversidad de organizaciones etnopolíticas, comunitarias, campesinas, populares y civiles.

La APPO sintetiza la cultura política local nacida de las asambleas populares, el sindicalismo magisterial, el comunalismo indígena, el municipalismo, el extensionismo religioso, la izquierda radical, el regionalismo y la diversidad étnica de la entidad. Expresa, además, las nuevas formas asociativas que se crearon en Oaxaca a raíz del levantamiento popular pacífico: las organizaciones de los barrios pobres de la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada, las redes juveniles libertarias y las barricadas.

En el entorno de la APPO, pero más amplio que ella, se ha creado un movimiento sociopolítico conocido como la Comuna de Oaxaca. Ella es la expresión organizativa autónoma de la resistencia popular, el embrión de un poder distinto. Ese "otro poder" en construcción se expresa en la creación y consolidación de la Policía del Magisterio Oaxaqueño y el Honorable Cuerpo de Topiles. Allí está contenida la voluntad de transformación política profunda de una parte muy importante de la sociedad oaxaqueña.

La APPO es imposible de comprender al margen de la sección 22 del Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE). Y no sólo porque surgió como resultado de su convocatoria y el gremio tiene presencia en todos los rincones de Oaxaca. Desde que el sindicato comenzó su proceso de democratización, en 1980, los maestros han buscado vincularse con los padres de familia y sus luchas. El resultado de este proceso ha sido desigual. Muchos se han convertido en forjadores y dirigentes de organizaciones campesinas e indígenas regionales, pero otros han chocado con el mundo indígena.

La forma en la que los activistas magisteriales se han asociado para actuar dentro del sindicato se reproducen en el movimiento social en el que actúan. Dos corrientes magisteriales, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y la Corriente Democrática del Magisterio (Codema), con gran influencia en la sección 22, son, al mismo tiempo, muy influyentes en la APPO.

Algunas corrientes políticas han tratado de extender la experiencia de la APPO a otros estados. A diferencia de Oaxaca, donde la Asamblea es resultado de un proceso de radicalización desde abajo que nace de la lucha gremial, las nuevas APPO en otras entidades surgen de una decisión de grupos políticos. El nombre es el mismo, pero los procesos sociales que albergan son muy diferentes. Será muy difícil que esas experiencias se consoliden como convergencias sociales amplias, aunque pueden perdurar como frentes políticos de activistas.





Movimiento Por la Paz Con Justicia y Dignidad.

El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que encabeza Javier Sicilia ha convocado a múltiples fuerzas sociales de diversa raigambre pero con una intención clara: frenar la
violencia y devolver a la gente la capacidad de decidir en México. Resultado de esto,
el movimiento comenzó a tomar forma a partir del 26 de abril de 2011, cuando el poeta Javier Sicilia —cuyo hijo Juan Francisco fue asesinado por personas vinculadas a la delincuencia organizada— llamó a los mexicanos a manifestarse en contra de la violencia, tanto la que producen los grupos criminales como contra la de los cuerpos de seguridad del Estado mexicano en la llamada “Guerra contra el Narcotrafico”

En su inicio, el movimiento comenzó como una Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad que salió de Cuernavaca (Morelos) el 5 de mayo de 2011 y arribó al Zócalo la Ciudad de México el 8 de mayo del mismo año, con el propósito de manifestar los agravios que la violencia ha generado en la sociedad mexicana. La movilización recibió la adhesión de varias organizaciones de derechos humanos y ciudadanos independientes de todo el país. Al terminar la marcha se anunció la construcción de un pacto nacional contra la inseguridad, que se firmó el 10 de junio en Juárez (Chihuahua), como conclusión de una nueva movilización a la que se llamó Marcha del Consuelo.

En solidaridad a la caminata, se realizaron manifestaciones en algunas ciudades dentro y fuera de México, como Zacatecas, Acapulco, Morelia, Juárez y San Cristóbal de las Casas. En este último lugar, el Subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emitió un comunicado donde esta organización se sumó a la lucha por el cese a la violencia en el país.

También desde el extranjero se manifestó el apoyo al Movimiento encabezado por Sicilia, realizándose marchas en diversas ciudades del mundo como Paris, Montréal, Toronto, Japón, Buenos Aires, Río de Janeiro, Barcelona, Madrid, Londres y muchas más. Dichas ciudades conformaron la Red Global por la Paz en México (RGPM) que buscaba, además de apoyar al MPJD, evidenciar ante la comunidad internacional la situación de violencia e impunidad en México.




Movimiento Estudiantil:
#YoSoy132 (2012)


En el hartazgo generalizado hacia la clase política mexicana está el origen del Yo Soy 132, movimiento estudiantil de corte reformista que busca refrescar la vida política en el país y democratizar los medios de comunicación. Édgar Tafoya, sociólogo, lo define como un movimiento típico del siglo XXI, porque recurre a un código numérico para denominarse y por el uso estratégico que sus integrantes hacen de las redes sociales. Aguirre Rojas, historiador, lo define como “síntoma de expresión del otoño de la clase política mexicana”. Su rasgo distintivo es que se originó en una universidad privada, aunque a la fecha ha logrado incorporar también a estudiantes de universidades públicas. A casi cuatro meses de existencia, enfrenta un momento crucial: sobrevivir o perecer ante el inminente fin de la coyuntura electoral de la que emanó.

Un grado profundo de crisis, un hartazgo generalizado hacia la clase política y hacia un duopolio televisivo que desinforma, un contexto electoral y una incómoda visita, confluyen. Juntos, detonan el Yo Soy 132, movimiento estudiantil que posteriormente se definiría apartidista, pacífico, de base estudiantil, plural, laico, de carácter social, político y humanista, anti-Enrique Peña Nieto y antineoliberal.

Por este medio, la comunidad estudiantil de la Uia se organizó para expresar su rechazo al ahora presidente electo de México y entonces candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). La protesta dio origen al Yo Soy 132.

De acuerdo con el historiador Carlos Antonio Aguirre Rojas, la principal característica del Yo Soy 132, respecto de otros movimientos estudiantiles mexicanos, es que éste se originó en una universidad privada, como “síntoma del grado de descomposición al que ha llegado la clase política en el país”. La crisis económica y el descontento social han alcanzado ya a sectores de las “clases privilegiadas”.


De haber emergido en una institución de educación pública, el Yo Soy 132 “no hubiera sorprendido a nadie”, considera Alina Duarte, estudiante de relaciones internacionales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sus principales demandas –la democratización y transformación de los medios de comunicación y, en ese sentido, la reivindicación del derecho a la información y a la libertad de expresión, y la no imposición del priísta Enrique Peña Nieto como presidente del país– se inscriben precisamente en un contexto de reformas.


Respecto de categorizar o no al Yo Soy 132 como un movimiento de izquierda, Édgar Tafoya, integrante del 132 Académicos, refiere que en su génesis no era de izquierda. Y es que agrupados bajo la demanda de democratización de los medios de comunicación también participaban estudiantes con posiciones ideológicas de derecha y centro, como los simpatizantes de la abanderada del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota.


No obstante, conforme el movimiento se ha ido transformando y autodefiniendo, se ha recargado más hacia la izquierda.

Algunos medios de comunicación y analistas se han referido al Yo Soy 132 como la primavera mexicana, en alusión a la serie de revoluciones y protestas a favor de la democracia que se originaron a principios de 2010 en el mundo árabe, conocidas como la Revolución Democrática o la Primavera Árabe. Un despertar que se extendió incluso a los países europeos con el movimiento de los Indignados.




Movimiento
Estudiantil:

#TodosSomosPolitécnico


Después fue el movimiento estudiantil #TodosSomosPolitécnico. 67 días de paro mediaron entre el estallido del movimiento politécnico y los acuerdos alcanzados con el gobierno federal en un proceso que resultó ejemplar debido a la tenacidad y persistencia de los estudiantes y académicos que, frente a toda crítica posible, no perdieron de vista sus demandas hasta alcanzarlas por la mejor de las vías: el diálogo.

El problema fundamental fue con el nuevo reglamento interno del IPN y con el nuevo plan de estudios de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA).

Estos dos, fueron diseñados y acordados sin tomar en cuenta la opinión de la gran mayoría del personal docente que deberá aplicarlos y sin hacer un análisis profundo de su viabilidad, su pertinencia social ni de sus ventajas y desventajas académicas y técnicas frente al reglamento y el plan actual. Con todas estas modificaciones, al final  se obtuvieron completamente un nuevo reglamento y un nuevo plan de estudios imperfectos e inviables que no reflejan las necesidades de los estudiantes y que no aprovecha las aptitudes de los docentes. En el caso del reglamento, el documento se encuentra en estado de proyecto, aunque niegan a revelar las recientes modificaciones a los estudiantes y personal académico.

En las asambleas, los alumnos pidieron directamente a los reporteros de todos los medios que no manipulen la información (como suelen hacerlo), y han pedido a los medios que se reservaran de tomar video para evitar ediciones dañinas. En particular, pidieron a los reporteros de Televisa que se retiraran, pues los camarógrafos mantenían las cámaras en alto y prendidas.




Las demandas politécnicas fueron claras y contundentes. No cabía duda de que debían cumplirse, no sólo dentro de los límites de lo posible, sino de lo necesario. Se trataba de reasignar el presupuesto de las pensiones vitalicias de los ex directores a las necesidades de la propia institución, contar con un cuerpo de seguridad propio, aumentar la transparencia administrativa, multar el porrismo, incrementar los recursos asignados a la casa de estudios y realizar una reestructuración profunda del IPN a través de un próximo Congreso Politécnico. De esta manera, los estudiantes dejaron clara una cosa: la educación en México es para lograr un mayor bienestar, no producciones más baratas.


Ayotzinapa.
“La gota que derramó el vaso”


Fue el 26 de septiembre cuando todos nos enteramos del asesinato de varias personas y la desaparición de 43 jóvenes en Iguala, Guerrero. Se trataba de los 43 normalistas de Ayotzinapa quienes fueron heridos, torturados y desaparecidos por miembros de la policía municipal coludidos con grupos criminales (todos ellos bajo las órdenes de José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, y su esposa). La indignación inundó las calles de todo el país, por primera vez la sociedad mexicana, toda, salía a las calles a reclamar por la injusticia y a pedir un cambio a la situación en general (la corrupción, la inseguridad y la impunidad).

Con Ayotzinapa estallaron toda una serie de protestas que, además, recordaban otros casos de asesinatos cometidos por el Estado, como la matanza del 68, el Halconazo, la Guerra Sucia, Acteal, Aguas Blancas, Atenco, los niños de la Guardería ABC, más de 70 mil muertos, miles de desaparecidos y muchísimos casos más en los que la población civil ha sido víctima de la fuerza bruta de un Estado que está muy lejos de ser democrático, federal y republicano.


Las protestas se hicieron en todo el país, muchas de ellas fueron reprimidas y terminaron en decenas de heridos y detenidos injustamente (los provocadores, misteriosamente, nunca han sido detenidos, solamente los manifestantes pacíficos y gente que solo pasaba por ahí). La brutalidad con la que ha respondido la policía ha hecho que también la población civil exija que los policías tengan protocolos y que respeten los derechos humanos.

Ayotzinapa logró tirarle su agenda internacional al presidente para obligarlo a atender los problemas del país, en vez de seguir vendiendo sus reformas como si esta fuera la tierra de leche y miel y no el lugar donde la gente es asesinada por sus policías y miembros del crimen organizado. Ahora los medios internacionales en general hablan de la situación terrible en la que se encuentra el país


El presidente, además, tuvo que hacer una estrategia para enfrentar el problema, dos meses después, en los que el cansado procurador no ha encontrado más que a uno de los desaparecidos. La estrategia del presidente estaba lejos de resolver el problema y solo trató de dar paliativos a una sociedad que ya no está dispuesta a soportar más incompetencia, impunidad y corrupción.

La protesta mexicana se oyó en todo el mundo, miembros de la ONU, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales han pedido explicaciones y acciones por parte del gobierno. Estados Unidos mismo se ha ofrecido a prestar servicios para que el incompetente gobierno mexicano pueda dar respuestas a su población.


La población mexicana (toda, ricos, pobres, estudiantes trabajadores, desempleados, religiosos, laicos, etcétera) se ha concentrado en las calles desde hace meses para que nuestros gobernantes reaccionen y solucionen los problemas del país (que se agravan con un peso cada vez más débil, un barril de petróleo que amenaza cualquier ventaja que hubiera existido por la reforma energética, un salario mínimo que es menor que el chino y un aumento a los impuestos producto de la reforma fiscal.

El mismo movimiento y descontento social ha obligado que la primera dama tuviera que justificar (insatisfactoriamente) sus sospechosas propiedades, que la oscura licitación del tren Querétaro-México se cancelara y que el secretario de Hacienda explicara por qué tiene una casa de una empresa que parece desmedidamente favorecida por el gobierno actual.


Las encuestas (todas, hasta Mitofsky) muestran que ya nadie cree ni confía en el presidente. Peña ya dijo que no está satisfecho con este año de gobierno y públicamente también había  antes de esta declaración, pronuncio que debíamos superar Ayotzinapa.









Opinión y resultados de la Investigación

Se aplicó una encuesta a 83 personas, de las cuales 33 respondieron. Con los resultados obtenidos y la investigación realizada se llega a la siguiente conclusión:

Actualmente, debido a la corrupción coludida en todos los niveles de gobierno y en todos los sindicatos, ha corrompido la confianza de todos aquellos que se supone deberían estar representados por estos personajes, instituciones u organizaciones.

Tal es la desesperanza y el hartazgo en todos los niveles sociales, que a pesar de creer que los movimientos sociales juegan un papel importante en la vida democrática del país, no confían en que se obtenga un resultado que solucione o mejore los problemas que aquejan a los sectores de la población.

No obstante, más allá de la poca confianza que la sociedad tiene sobre los resultados de un movimiento, ven en estos una manera de manifestar su inconformidad y descontento,  un medio que le da voz e identidad a un sector que debe ser escuchado.
Sin embargo existe miedo y desconfianza hacia él Estado por la incapacidad que este tiene de salvaguardar la integridad física, además de las represarías, chantaje,  la brutalidad por parte de granaderos,  la violación a los derechos humanos e incluso el asesinato.

La investigación arroja que desde siempre, por todos los medios disponibles del Estado Mexicano y actualmente también de grupos empresariales, se ha pretendido desacreditar y disolver cualquier movimiento que amenace los vínculos de intereses y jugosos beneficios económicos que salvaguardan la permanencia del sistema en el poder.

Los mexicanos y (por una opinión personal los demás hermanos latinos), se sienten inseguros y no confían en sus autoridades y actores políticos, que se supone deberían representarlos en todos los niveles de gobierno.

Lo realmente peligroso,  es la desinformación y el actual desinterés público ante temas de la agenda política nacional y Derechos Humanos. Lo que causa contrapeso a esta cruda realidad es la basta información disponible y la reciente conciencia que está causando, por lo cual, cualquier movimiento social que surja lo hará con fuerza, certeza y objetividad. Aunque esto no es suficiente, ya que para poder tener verdadera influencia sobre el Estado y lograr los objetivos planteados, se necesita una participación activa por parte de todos aquellos que resultan afectados.















Encuesta aplicada.


Quisiera realizarte una encuesta que tiene como objetivo obtener un criterio de varias personas para tener una visión clara de la percepción que se tiene de los Movimientos Sociales, no te tomara mucho tiempo responderla. Tu respuesta es anónima y no tiene fines partidistas.
¿Estás listo?, comenzamos.

INSTRUCCIONES:
*Al momento de enviar las respuestas coloca el número de la pregunta seguido de la respuesta:
Ejemplo:
1.- SI

*De la pregunta Numero 1 a la numero 4 responde solo con:  “Si” o “No”
*Responde  la pregunta número 8, solo si has participado en un Movimiento Social.


1.- ¿Crees que los movimientos sociales en México juegan un papel importante en la vida democrática?
2.-¿Conoces a alguien que haya participado en algún movimiento social?
3.-¿Tú has participado en alguno?
4.- ¿Has querido participar, pero consideras que es peligroso?



5.- Sabes de algún Movimiento Social que haya tenido relevancia en el País. Si es así, menciónalos.


6.- ¿A qué peligro consideras que te podrías arriesgar perteneciendo a un movimiento social?

7.- ¿Crees que el gobierno mexicano, líderes sindicales o direcciones generales, tienen que ver en la amenaza, chantaje o acoso de líderes de diversos movimientos?

8.- ¿Confías que el gobierno propicia tu seguridad y salvaguarda tus derechos humanos al participar?

9.- Platícanos cuál ha sido tu experiencia al participar en un movimiento.





Bibliografia:

“Movimientos sociales y partidos políticos en América Latina: una relación cambiante y compleja.”
Ma. Fernanda Somuano Ventura*
Profesora–Investigadora del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México.  http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0188-77422007000100003


“Movimientos Sociales”
https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_social

“Movimientos sociales en México”
Silvia Guillermina García Santiago.
http://escenarios21.net/movimientos-sociales-en-mexico/#sthash.d24OCGR6.dpbs

“Paros y huelgas ferrocarrileras de 1958/59 y los electricistas que luchan 50 años después.”
Información proporcionada por Pedro Echeverría V., con datos extraídos del ejemplar titulado
-¡Nos llevó el tren! (Los ferrocarrileros de Yucatán)- 1999
De La Facultad de Arquitectura de la Universidad de Yucatán (AUDY) . http://www.alainet.org/es/active/33998

“Movimiento Estudiantil del 68:
La rebelión contra el Estado represor.”
Con información de:
Proceso , La noche de Tlatelolco, 1968.”
 “Los Archivos de la violencia
”.
A través de: Aristegui Noticias
http://aristeguinoticias.com/0110/mexico/movimiento-estudiantil-del-68-la-rebelion-contra-el-estado-represor/

Atenco, ¡Terrorismo de Estado!
Texto de Opinión e investigación con diversas fuentes citadas por el autor
Humberto
En ellas destaca el trabajo de:
Jesús Cantú, «El Caso Atenco y la criminalización de la protesta social», El Siglo de Durango, 4 de julio de 2010
«Sucesos de Atenco. San Salvador Atenco: en busca de justicia»,
Amnistía Internacional
«Violencia en Atenco, afrenta contra la sociedad: Fox», EsMás, 4 de mayo de 2006
«Yo ordené el operativo en Atenco: Peña Nieto en EU», La Jornada, 16 de junio de 2006

http://textolibre.com.mx/2013/09/atenco-terrorismo-de-estado/

Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad
Wikipedia.Org
https://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_por_la_Paz_con_Justicia_y_Dignidad

Movimiento #YoSoy132
De:
Flor Gocha.
A través de: Contra Línea.
http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/09/11/yo-soy-132-movimiento-del-siglo-xxi/

Movimiento Estudiantil #TodosSomosPolitecnico
Información de: El Universal
A través de:
Radio Pánico
De : Jordy “Panico”
http://radiopanico.org/todossomospolitecnico/

Ayotzinapa.
Sopitas.Com
“Aquí están los movimientos sociales más importantes del 2014”.

http://www.sopitas.com/420285-aqui-estan-los-movimientos-sociales-mas-importantes-del-2014/