sábado, 26 de noviembre de 2016


Amado mío…

Son las 3 de la mañana y sé que esto parece absurdo, tal vez lo sea pero no encuentro otra manera  de decirte lo que siento sin que discutamos o sin que le tomes la importancia y lo que siento viene desde hace unas semanas atrás.
Desde hace algunos meses había notado que todo entre nosotros empezaba a decaer, todo empezaba a cambiar. Esa esencia, ese fuego que antes teníamos, poco a poco empezó a apagarse. Sé que yo no soy nadie para hacer inferencias sobre algo que no me consta y sé que no puedo comprobar que tu interés haya disminuido pero a veces los actos dicen más que mil palabras. También sé que tus razones tienes y no lo juzgo, todo lo contrario, acepto.
Empezaste a alejarme, a alejarte. Déjame decirte que no entiendo nada, nunca podré comprender por qué empezaron las cosas así. Desde luego me dolió como no tienes idea. Tu falta de tiempo y tu falta de interés poco a poco han ido consumiéndome…

Tengo que decirlo y tú tienes que saber, que muchas veces yo intente hablar contigo puesto que comencé a notar lo que pasaba y era importante para mí que tú lo supieras para poder solucionar lo que intuitivamente creía que estaba pasando. Pero nunca fue como yo quise; en cada intento al decírtelo terminábamos discutiendo, porque muchas veces tu reacción era como si no te importará. Seré sincero, siempre me molesto, me hacías sentir como un estúpido. Siempre te dije “debes aprender a dar prioridad a las cosas”.  Nunca pensé que tu última prioridad habría de ser yo…
Es válido mencionar que estar sin ti “No era una opción para mí”, realmente me veía formando un vida contigo y ahora esta misma vida que nos juntó a nos empieza a separar y nunca entenderé porque.

Cada vez son menos las llamadas, son pocos los mensajes y pocas las visitas. Sé que dices que es por nuestro bien pero estas de acuerdo que una relación no puede basarse en eso para funcionar.
¿Cuantas veces no me dejaste a mí para ir a otros lados?
¿Cuántas veces te importo si mi alma lloraba por ti, si me sentía a gusto, o si me molestaba? ¿Cuántas veces me traicione en silencio por ti?
¿Cuántas otras veces no me decías que nos veríamos y en última hora, nunca llegabas? ¿Cuántas veces no me he sentido solo? Y eso, no te importo.
No tienes idea de cuan apoyado me sentía en ti pese a que siempre has estado a medias y sin embargo por el gran amor que te tengo, porque es inmenso, seguía firme y aferrado a ti o a lo que creí que era tu amor hacia mí.

Sé bien que me engaño en pensar que algún día todo esto va a cambiar y vamos a encontrar la estabilidad que yo anhelo. Que principalmente TÚ, vas a cambiar tu forma de ser, para que podamos estar bien y juntos podamos formar una vida…

No me arrepiento de nada y en el momento en el que me vaya de ti me iré con la frente en alto. Claro que con una lágrima porque no estaba en mis planes terminar esto nunca, pero me queda la satisfacción de que te di mi vida completamente. Siempre fuiste TÚ antes que todo y todos, incluso antes de mí…
De mí te di todo, hasta lo que no tenía. Y sí, tal vez ahí radique el error. Porque te di todo a manos llenas y eso te situó en una zona de confort y seguridad, que, sin que te dieras cuenta, tu interés por mí, disminuyo.

Sé bien lo obvio que es para ti saber que esto me duele, porque no eres tonto ¿y sabes?, tampoco eres malo. Todo lo contrario, te hace falta seguir un poco más aquello que sientes, correr más riesgos. A ultimas es TU VIDA y debes tomar las decisiones de cómo vivirla. Que nada importe después, (claro sin que te vaya a lastimar principalmente a ti y a otra persona) sé que entiendes lo que te quiero dar a entender.

Créeme, no puedo dormir de pensar que hicimos mal, ¿Qué nos pasó?
Actualmente cada quien está en su vida, por su parte, con sus amistades y lo que es peor viviendo sin compartir nada con el otro. Sé bien que no soy el chico perfecto, al contrario, soy muy difícil de tratar y entender, por eso eres un “rudo” por tratar conmigo. Por eso yo te…
He ahí el problema. Antes podía terminar esa oración con facilidad, pero desde un tiempo para acá… me cuesta decirlo con sinceridad. Así que opte por omitirlo de las pocas charlas entre nosotros y no te diste cuenta de ello…

No me arrepiento de nada contigo, todo fue precisa y extremadamente perfecto, haz marcado mi vida de manera interna y externa.

Ambos nos hemos lastimado mucho y es de aplaudirse que seguimos juntos. Siendo sincero, sé que puedo decir que me has lastimado mucho. Estoy seguro que otro no te hubiera pasado por alto eso que tú llegaste a hacerme, no sé si soy tonto pero sé que no podía renunciar a ti sólo por un error. Desgraciadamente no sólo ha sido UNO…

En esta carta no busco cómo solucionar, porque ya hice todo para mantenernos JUNTOS. Pero tú no me dejas avanzar, prometes cosas que no cumples.
Esta carta es para agradecerte absolutamente TODO lo que hiciste por mí.
Gracias por tus besos y tus caricias, porque con esos me hacías el chico más feliz del mundo, por haberme apoyado en algunas ocasiones, por tu forma de ser que me encanta, por el tiempo que me pudiste dedicar y perdón por mi forma tan delicada de ser en ocasiones.
Siempre voy a recordar la manera exacta de como te conocí, tu manera peculiar de regañarme y enamorarme. Siempre tendré presentes todas las risas, peleas, nuestras locuras, nuestras canciones.
No te podre decir que te olvidare y hare como que jamás te conocí porque eso es imposible. Pero si te aseguro que poco a poco mi corazón se ira despegando de esos recuerdos.

 

¡Di algo…! ¡Estoy renunciando a ti…! Ojalá dijeras algo.
 ¿Cuántas veces me he dicho que ya es suficiente? Y de una forma u otra regresaba a tus brazos… pero esta vez es diferente, ya no puedo regresar. Tú no eres el mismo ni yo tampoco, todo lo que una vez fuimos está impregnado sólo en recuerdos, canciones, miradas y promesas… pero ya no más aquí contigo o conmigo.

Soy firme creyente de la frase “Enamorarse no es una opción, permanecer enamorado sí” y con ello me refiero a que creo que cada persona, como dueña de sí misma, tiene control sobre lo que siente. Dejar de extrañarte, dejar de amarte es una decisión que se puede tomar…

No digo que sea fácil, no digo que un día tome la decisión y al otro logre superar todo lo que contigo construí o te deje de amar, no. Eso sólo podría significar que nunca te amé y ambos sabemos que eso sería imposible, porque como ya te dije, di todo de mí por mucho tiempo…

Son tantos momentos a tu lado que en ese instante creía eternos, son las promesas de “Amarnos siempre” y no permitir que esto muriera. Son todas aquellas cosas que vivimos juntos y sin duda dejaron huella en la memoria. Son las canciones que nos hacen pensarnos y son los lugares en que se quedaron muchas historias.

Sé que no es proceso fácil el que voy a pasar, es muy difícil; es batallar día con día, es aguantar el llanto hasta encontrar un momento en el que estemos seguros y donde nadie nos vea llorar. Es sentirse increíble por las mañanas y en algún momento de la tarde o de la noche caer en picada y a gran velocidad estrellándonos en recuerdos y nudos en el estómago. Es ser capaz de quitar de nuestras vistas todo lo que nos recuerde y tomar grandes bocanadas de decisión para no ver tu última conexión y encontrarme minutos después viendo tus fotos.

Mi punto débil es, bueno, que quisiera que dijeras algo. Realmente quisiera que me pidieras seguir luchando, pero no dices NADA. Me duele que no sientas nada, cuando ya te estoy diciendo adiós, es como aquel paciente que esta desahuciado y preparado para morir… pero en el fondo aún sigue esperando un milagro.

Pensando bien todo, ¿Cuántas veces dijiste algo, en el momento en que quería escuchar algo de ti?, ¿Cuántas veces dijiste algo, cuando sabías la razón por la que lloraba y aun así sólo preferías observar o hacer lo que tenías pensado?,  ¿Cuántas veces dijiste algo cuando te pedía sinceridad? Y creer que ahora dirás algo, lo sé, es estúpido. Sin embargo, como aquél enfermo desahuciado, muy en el fondo espero un milagro, aunque sepa que no pasará.

 

 

"Solo esta noche me quedare a tu lado… solo esta noche, cuando despiertes y leas esto yo ya me habré ido, estaré lejos, solo espero que seas feliz porque las lágrimas yo me las llevare, así como tú te llevaste lo mejor de mi…"

 
     El chico frente al espejo.
 
 





 

domingo, 20 de noviembre de 2016



Noche de Tormenta.


Era una fría mañana de invierno, el estruendo de un trueno despertó a Alex y el fuerte ruido de las gotas golpeando violentamente la ventana le impidió volver a dormir, faltaban aún tres horas para que tuviera que ir a su rutina escolar diaria, se levantó lentamente y se dirigió a la cocina para tomar un vaso con agua. Cuando bajó las escaleras le sorprendió ver un gran charco de agua que había entrado por debajo de la puerta, medio dormido fue a buscar el secador de piso y puso manos a la obra.

Una vez que había terminado su tarea decidió volver a su habitación, pero antes de alejarse de la puerta un fuerte ruido proveniente de afuera de la casa lo frenó en seco. Salió para tratar de ver u oír algo, pero lo único que logró fue escuchar un rechinido muy suave y lejano.

Alex recorrió la calle en busca de lo que provocaba aquel ruido pero sus intentos fueron en vano. Luego de algunos minutos optó por volver a su casa, pensando ansioso en el calor de su cama, cuando estaba a unos pocos metros de la entrada volvió a escuchar aquel sonido, venía de la casa de enfrente.

La antigua dueña de esa casa había fallecido dos meses atrás, una anciana muy amable pero lamentablemente muy enferma también. La nueva propietaria era una completa desconocida, Alex solo la había visto una vez cuando esta se iba a trabajar, se había mudado durante la noche, algo que a todos los vecinos les pareció muy extraño, pero prefirieron ignorar ese hecho y simplemente calificar a esa persona como rara.

Cuando observaba atentamente la vieja casucha, vio la silueta de un hombre junto a la ventana, Alex se quedó paralizado ante lo que sus ojos veían, con la mirada clavada en aquel sujeto. En ese momento su mente se llenó de pensamientos oscuros, posibilidades aterradoras de la identidad de esa persona y de lo que podría estar haciendo.

Lo mejor era correr adentro y llamar a la policía, pero el miedo que invadía su cuerpo no le permitió moverse. De repente el hombre se movió.

-¿Me vio?

Se preguntó, no podía saberlo con seguridad, ya que estaba muy lejos y oscuro, pero eso lo hizo reaccionar y comenzó a moverse lentamente dando pequeños pasos hacia atrás.
Alex escuchó el ruido de una puerta abriéndose y al levantar la mirada vio a una mujer saliendo de la casa, pero no era su vecina. Era alta, cabello castaño y muy delgada;  el joven se quedó pasmado ante los asustados ojos azules que lo observaban.
La mujer gritó algo y dos hombres vestidos de negro salieron de la casa dirigiéndose al muchacho, invadido por el pánico, Alex dio media vuelta y comenzó a correr tan rápido como podía hacia su casa. Sentía el gélido viento quemando su piel y el sonido de sus pasos alarmados, pero también escuchaba los pasos de sus perseguidores que cada vez estaban más cerca.

Cuando Alex logró llegar a la puerta de su casa sintió como dos manos lo tomaban por la cintura y lo jalaban hacia atrás. El chico lanzó un grito, pero su intento de pedir ayuda fue en vano, otra enorme mano tapo su boca ahogando su desesperada voz que clamaba por ayuda, peleó para tratar de liberarse pero ellos eran muy fuertes en comparación con él. Los dos hombres lo llevaron al interior de la casa, donde lo amordazaron y ataron.

¿El sótano?

Era un lugar frió y húmedo, por alguna extraña razón había un fuerte olor de carne quemada. El miedo y la desesperación provocados por la horrible situación en la que se encontraba no le permitían pensar bien, trato de buscar alguna salida o forma de pedir ayuda, la habitación era muy oscura y se le dificultaba saber lo que había en ella, después de unos minutos sus ojos comenzaron a adaptarse y en el fondo del cuarto logró distinguir algo, se acercó arrastrándose por el suelo, tratando de no hacer ruido y así no llamar la atención de sus agresores.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo que vio lo hizo estremecerse por dentro y una oleada de náuseas lo invadió; era el cadáver de la dueña de la casa, había sido asesinada por los mismas personas que atraparon a Alex.

El cuerpo estaba semidesnudo, tenía la cabeza hacia atrás en un ángulo de ciento ochenta grados, tenía una terrible quemadura en el pecho. Le habían grabado con una palabra que no se podía distinguir.

La puerta se abrió, la luz dificultaba la visión del muchacho, solo podía distinguir la silueta borrosa de tres personas que se acercaban a él.

Alex sabía lo que le esperaba, era el único testigo de lo que habían hecho en la casa. Los dos hombres levantaron  al infortunado joven con brusquedad del suelo y lo sentaron en una silla, comenzaron a golpearlo con una fuerza brutal mientras la mujer los observaba, el muchacho gritaba pidiendo ayuda, pero nadie acudía en su auxilio.

El amanecer ya estaba cerca, la lluvia continuaba, el joven de solo dieciséis años ya estaba resignado, se había hecho a la idea que ninguna persona llegaría a rescatarlo, dejó de resistirse a los inhumanos ataques de sus agresores, se quedaba completamente quieto mientras lo torturaban  y en su cara se apreciaba una gran serenidad.

Los dos hombres continuaban con su labor, la mujer tomó un objeto de metal y comenzó a calentarlo, en un instante, Alex se dio cuenta de lo que sucedería, sería marcado a fuego como su difunta vecina. Ella se acerco lentamente hacia él mientras decía:

-No debiste salir de tu casa

Un enorme dolor invadió el cuerpo del Alex, quien lanzó un grito de desesperación mientras el objeto al rojo vivo se hundía cada vez más en su pecho. Se esforzó por no perder el conocimiento, pero la oscuridad se estaba cerrando sobre él, sentía como si su alma abandonara su cuerpo
Un trueno resonando en las ventanas hizo que Alex despertará, desconcertado y al mismo tiempo aliviado se levantó de su cama al saber que solo había sido una pesadilla, observa por su ventana y todo parecía normal, no era más que otra mañana lluviosa.

Alex prendió su televisión pero no se podía ver ningún canal

-La antena debió haberse dañado por la tormenta

Pensó el ingenuo muchacho. Intento volver a dormir cuando escucho un ruido que venía de la cocina, bajó a revisar, alguien podría necesitar ayuda.

-¿Mamá? ¿Papá? ¿Están aquí?

Al llegar a la cocina le sorprendió que estuviera vacía, dio media vuelta para volver a su habitación y justo detrás de él estaba uno de los hombres de su pesadilla, Alex trató de escapar, pero su perseguidor era muy astuto y logró atraparlo con facilidad, puso sus enormes manos alrededor del cuello del asustado joven, lentamente comenzó a perder la conciencia, y cuando parecía que daría su último suspiro, regreso a la realidad.

No estaba en la cocina de su hogar, ni tampoco era asfixiado por nadie; seguía atrapado en el sótano frío y oscuro, todo era una alucinación producida por el gran dolor que sentía en su cuerpo. Alex suplicaba por ayuda, mientras la mujer hundía cada vez más el objeto al rojo vivo sobre su pecho y lo observaba con sus penetrantes ojos azules, pero la  lluvia ahogaba sus gritos de agonía, nadie podía escucharlo, nadie lo salvaría…


V.P. Terra

lunes, 14 de noviembre de 2016

Todos los domingos eres noviembre por la tarde,
en mi mente eres silencio tranquilo,
frio cómplice, amante cauto, amante ocaso,
tibio brazo, ardiente en el íntimo.
Dany R.-

domingo, 6 de noviembre de 2016


Declaratoria sin prosa.
Fragmento.
¿Por qué no como todos los demás?
Porqué yo tan jodido y mi reloj tan lento,
tanto así, que puedo escuchar
como la hoja del nogal se marchita.
Mientras que yo sin remedio solo puedo observar
y de algún lugar tiene que aparecer la paciencia.

No soy dios
pero tampoco solamente la maraña de sentimientos
que regularmente ves y escuchas.
También soy instinto, deseos, sentidos.
Te necesito aquí,
que con el primer beso y estocada dejaste tu espacio
que muy bien me acomoda, llena y apaga.

¿Por qué así?
¿Por qué aquí?
¿Por qué no como los demás?
Por qué no el falo en las entrañas y el amor en la cama.
¿Es que no podemos ser como los demás?
Qué bueno no somos todos los demás,
no eres común ni yo ordinario,
¿Por qué tendría que ser otra historia de amor?

Dany Ramírez.-