domingo, 12 de mayo de 2013


Compartir penas y felicidad


Hay una tremenda felicidad al hacer a otros felices, a pesar de

nuestros propios problemas. Compartir las penas es dividir el

sufrimiento, pero compartir la felicidad es duplicarla. Si quieres

sentirte afortunado simplemente cuenta todas las cosas que

tienes y que el dinero no puede comprar.




Cuando todo vaya mal, se vea sombrío el porvenir

y no tengas las fuerzas para seguir,

no eches tus quejas al viento;

busca a quien pase por un peor momento.

Una palabra de ánimo, una sonrisa, un gesto amable

te volverán la vida más agradable

al echar una mano a quien lo necesita.



Solo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.

Entonces basta. Hace algo que nunca hiciste.

Atrévete. Olvídate que te están mirando.

Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.

No te preocupes por ser aceptado

No te conformes con ser uno más.


...Sé tú mismo...

Madre Teresa de Calcuta

No hay comentarios.:

Publicar un comentario