Compartir penas y felicidad
Hay una tremenda felicidad al hacer a otros felices, a pesar de
nuestros propios problemas. Compartir las penas es dividir el
sufrimiento, pero compartir la felicidad es duplicarla. Si quieres
sentirte afortunado simplemente cuenta todas las cosas que
tienes y que el dinero no puede comprar.
Cuando todo vaya mal, se vea sombrío el porvenir
y no tengas las fuerzas para seguir,
no eches tus quejas al viento;
busca a quien pase por un peor momento.
Una palabra de ánimo, una sonrisa, un gesto amable
te volverán la vida más agradable
al echar una mano a quien lo necesita.
Solo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta. Hace algo que nunca hiciste.
Atrévete. Olvídate que te están mirando.
Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado
No te conformes con ser uno más.
...Sé tú mismo...
Madre Teresa de Calcuta
Hay una tremenda felicidad al hacer a otros felices, a pesar de
nuestros propios problemas. Compartir las penas es dividir el
sufrimiento, pero compartir la felicidad es duplicarla. Si quieres
sentirte afortunado simplemente cuenta todas las cosas que
tienes y que el dinero no puede comprar.
Cuando todo vaya mal, se vea sombrío el porvenir
y no tengas las fuerzas para seguir,
no eches tus quejas al viento;
busca a quien pase por un peor momento.
Una palabra de ánimo, una sonrisa, un gesto amable
te volverán la vida más agradable
al echar una mano a quien lo necesita.
Solo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo.
Entonces basta. Hace algo que nunca hiciste.
Atrévete. Olvídate que te están mirando.
Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.
No te preocupes por ser aceptado
No te conformes con ser uno más.
...Sé tú mismo...
Madre Teresa de Calcuta
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