miércoles, 27 de agosto de 2014

A mi soledad

Querida soledad,
no quemes con el frio típico de ti,
que marchita los ríos y los hace recuerdos...
¡esta vez no!

En esta ocasión vengo a refugiarme en ti
porque al fin comprendí que tú no eres el problema,
el problema soy yo.
Ahora quiero pasar tiempo conmigo,
he olvidado ser amante apasionado de mis sueños y
único fiel a mis convicciones.


Querida soledad, desde aquí te escribo,
desde los caudalosos y muy violentos ríos de mi alma
que llevan los anhelos de mi espíritu; por favor enséñame a vivir contigo,
esta vez sin llevarte una sola gota de mí.

-Dany R.-



No hay comentarios.:

Publicar un comentario