sábado, 27 de abril de 2013


Me di cuenta.
-Dany Ramírez.-

Cuando por primer vez te vi, me di cuenta que en mi vida no había visto todo. Que aún no había disfrutado de la belleza de la perfección.
Cuando me tomaste de la mano me di cuenta cuan vacías estaban las mías. De cuan generosa puede ser la existencia.
Cuando nos besamos descubrí que no quería probar más labios que los tuyos, porque ni uno de ellos lograra besar mi alma como lo haces tú.
Tu belleza, propia de la accidental existencia, como puedes ver, no entro solo por mis ojos.
¿Quién eres? ¿De dónde has venido? ¿Qué me has hecho?
¿Qué has hecho con este mortal perdido en su mundo sombrío?
¿Cómo llegaste?
No lo quiero saber. Por favor, te imploro no me lo reveles. Quiero que me permitas descubrirlo.
Quiero que el tiempo me lo confiese. Quiero que tu divina presencia se fusione con la luz de mí ser.
Déjame sentirte, déjame soñarte. Quiero solo estar contigo y fluir por la vida, así como lo hace el ave en el aire y el agua en el  fecundo rio.
Por favor, no te asustes ángel mío. Que mis emociones no te asusten, que mi corazón no te atemorice. Tan solo fluyo a lo que siento. Lo dejo vivir, lo dejo sentir.
Hoy vivo en el gozoso sueño de la realidad, esperando que los días y las horas no me jueguen mal, que me permitan estar ahí en cada instante y que cada momento me acerque a tu luz.
Al final de todo descubro que estás ahí, me doy cuenta que ya nadie más ocupara el lugar en el que hoy tu estas.

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