viernes, 17 de febrero de 2017


En los mejores abrazos no hay mucho que decir,
basta saber que ahí se está.

Y aunque nuestros silencios  no son abrazos
tampoco son soledades. Son más como un suspiro,
un te extraño que no se dice,
un vaivén y una espera de escuchar “te amo”
así, solito, sin tema, una sorpresa…

Dany R.-


 

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