En los mejores abrazos
no hay mucho que decir,
basta saber que ahí se está.
Y aunque nuestros silencios no son
abrazos
tampoco son soledades. Son más como un suspiro,
un te extraño que no se dice,
un vaivén y una espera de escuchar “te amo”
así, solito, sin tema, una sorpresa…
Dany R.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario